Absenta ¿metodo francés? ¿metodo bohemio?
Muchas veces cuando oímos hablar del Absenta escuchamos, el ritual de tomar esta bebida "El método francés o Bohemio". A diferencia de muchas de las bebidas de nuestros días, la Absenta fue siempre preparada y consumida de una manera muy particular.
Este ritual de la absenta forma parte del “hechizo o encanto” de esta bebida, y contribuyo, de manera significativa, a su gran popularidad y a la posición única que tendrá en el “panteón” de las bebidas alcohólicas.
Y ahora vamos a explicar los dos rituales :
El Ritual Francés
La absenta no puede prepararse como un aperitivo ordinario, y exige un ritual, que conlleva, paciencia y cierto saber hacer, que además, fue alabado en muchas ocasiones, por los poetas de antaño. El ritual es con ello, esencial para apreciar mejor la absenta, pues, la manera de prepararla ayuda a liberar los aromas de plantas, que de otra forma, no aparecerían o se desarrollarían.
El ritual clásico francés, comienza con la colocación de un terrón de azúcar, sobre una cuchara llena y perforada (cuchara de absenta), reposando sobre los bordes de una copa (especial para la absenta), que contiene una medida de Absenta. Es entonces cuando el agua helada o muy fría, es derramada sobre el azúcar, el cual comenzara a disolverse poco a poco, y cayendo gota a gota, “nubla” el liquido verde, que “nublado”, tienda hacia un color blanco “opalescente”.
Normalmente, se le debe añadir unas ¾ partes de agua por 1 de Absenta de un 68% de alcohol. Los verdaderos bebedores de absenta de antaño, realizaban con mucho cuidado el verter el agua, gota a gota, para poder admirar el “rastro lechoso” que cada gota, hacia aparecer, como por magia, en la absenta verde, observar los cambios de color del liquido formaba parte de los placeres surgidos, de llevar a cabo el ritual.
Hacia falta y aun es así, proveerse de una “cuchara para la absenta” y de una copa de reserva, así como de una jarra llena de agua helada (o de la fuente mas original). El ritual le da un “aura” casi mítica. Todos los testimonios históricos, parecen concurrir a decirnos que la Absenta era consumida de esta manera por todo el mundo – incluso los mas desprovistos de los obreros, en los bares o cafés mas turbios y miserables, preparaban su absenta con “meticulosidad” y sin prisa.
La bebian raramente “seca” (salvo las personas ya alcoholizadas, que buscaban el efecto inmediato del alcohol); el agua le era añadida siempre de forma “muy lenta”, y no vertida “groseramente” de un solo golpe; y jamas se colocaba hielo en la copa de la Absenta. En la llamadas “Fuentes de Absenta”, se podía reemplazar la reserva de hielo, a fin de mantener la baja temperatura del agua, e incluso algunas jarras estaban equipadas de un deposito separado, para introducir el hielo. Un famoso poema de Raul Ponchon decía que una Absenta con agua tibia no era mejor que "la orina de asno".
Paradojicamente (pero por muy buenas razones), no se colocaba nunca hielo directamente en la copa – la idea era comenzar a beber la absenta helada y dejar que esta se fuera calentado a medida que se la consumía. Incluso, aunque no tuviese base y fundamento histórico, es correcto decir que la absenta adquiera mejor sabor, degustándola de esta forma.
Sosteniendo la jarra con un aire “relajado” (pero con elegancia estudiada para lograr un mejor efecto) bien encima de la copa, es bastante difícil echar o verter con la “gota a gota” sin un poco de cuidado, y la capacidad de verter bien el agua suscitaba o generaba antiguamente gran admiración.
Los cafés mas visitados disponen incluso de verdaderos “Profesores de la Absenta” que, por pequeñas sumas o mínimos regalos, pueden instruirnos o darnos una ayuda en la realización del ritual.
La cuestión del azúcar no es religiosa, sino que es cuestión de gustos y sabores. Así, los famosos establecimientos de los Pernod, iniciadores de la comercialización y producción en masa de la absenta, se enorgullecían de que sus absentas, se podían consumir muy bien sin añadir azúcar.
Los franceses tenían en aquellas épocas, la tendencia e inclinación por los licores anisados muy dulces, habiendo sido educados con los siropes y licores azucarados, y es lo que explica que la mayor parte de los bebedores de Absenta, de la famosa “Belle Epoque”, azucarasen, con uno, dos o incluso hasta tres terrones de azúcar, y algunos añadían además algo de sirope de goma arábiga.
En nuestros días, quizás encontremos estas dosis demasiado “empalagosas”. Sugiero que comiences con la mitad de un terrón normal de azúcar, pudiendo después aumentar o reducir las cantidades según el gusto personal. Una medida correcta e histórica de absenta a servir, es de unos 3 cl. Debemos combinar tres partes de agua por una de Absenta y después probamos.
Para la copa refrescante de todos los días (no tanto para degustar una copa de una botella rara y cara), se puede si se prefiere así, añadir un poco mas de agua en la proporción, llevando la relación agua/absenta a 4:1 o incluso a 5:1.
En general, aprender a preparar tu absenta de una manera tradicional vale bastante la pena; la concentración y la calma te colocara en el buen estado de espíritu y mente, para poder apreciar plenamente todas las “sutilezas” de la bebida, y el mejor sabor y gusto final de la absenta bien preparada no hará mas que ayudar a ello. El conjunto de los historiadores de la absenta, no se han puesto de acuerdo sobre la fecha o momento exacto del nacimiento y aparición de este clásico ritual. Pero nadie cree que hubiese existido un periodo durante el cual se bebiese seca, sin agua.
1.- Vertemos o echamos una dosis o medida de absenta (de 3 a 4 cl.), si es posible en una copa para la absenta.
2.- Colocamos o depositamos, según el gusto de cada uno, un terrón (o la mitad) de azúcar, sobre la cuchara.
3.- Vertemos con cuidado, si es posible, gota a gota, el agua helada, sobre el terrón de azúcar, con la jarra o si es posible, con la fuente.
4.- Debemos añadir, según los gustos, entre 3 y 5 medidas o volúmenes de agua, por cada una de las dosis o medidas de la Absenta.
5.- Removemos con cuidado, el posible deposito de azúcar, en el fondo de la copa, con la cuchara.
6.- Degustamos lentamente, con pequeños tragos
El Ritual Bohemio
Una “Parodia” Moderna. Hoy en día, ciertas absentas (y sobre todo muchas de las llamadas “falsas absentas”) son a menudo “promovidas” usando el ritual a veces denominado "Bohemio”. Pero esto no es un ritual, ni un método histórico y tradicional de servir y degustar la absenta, sino que es una “invención” muy actual (se cree que surgió en Praga, territorio de la Bohemia de los Checos, a fines del siglo XX), inspirándose, parece ser, en el “flameado” de la Sambuca italiana y otros destilados y aguardientes.
Una medida de absenta es echada en la copa, y un terrón de azúcar es “empapado” en la absenta. El azúcar es entonces “inflamado o encendido” y se lo deja “arder o quemar” hasta que se haga espuma y se “carameliza”. La cuchara con el azúcar “caramelizado” es en ese momento, sumergido en la Absenta, que a menudo despide el fuego de absenta. El agua helada es lanzada entonces para apagarlo del todo. Este “método” o “invención extraña” se llego a hacer popular en muchos lugares, especialmente por su aparición en algunas películas, como "Moulin Rouge". Sin embargo, es casi una “herejía” que habría horripilado a un amante de la Absenta de la Belle Epoque, de ese increíble París, de finales del siglo 19.
Y para finalizar, algunas observaciones:
Ocasionalmente, la Absenta era consumida diluida con un alcohol menos fuerte: sobre todo el vino blanco (que vendrá a dar la "Absenta de Medianoche") o el coñac (para la preferida bebida del famoso pintor de la época, Toulouse Lautrec, el llamado "Temblor de tierra"). Pero todas estas manera de consumo, algo osadas y atrevidas, suscitaban comentarios algo críticos.
Consumir la Absenta seca (sin agua) no fue nunca el modo normal, y era a menudo socialmente mal visto. Cuando algunas fuentes históricas de la época, mencionan esta manera, es siempre en un contexto de alcoholismo y corrompido -de la misma manera se describía cuando era consumida usando un Triple seco o cualquier alcohol fuerte.
Este ritual de la absenta forma parte del “hechizo o encanto” de esta bebida, y contribuyo, de manera significativa, a su gran popularidad y a la posición única que tendrá en el “panteón” de las bebidas alcohólicas.
Y ahora vamos a explicar los dos rituales :
El Ritual Francés
La absenta no puede prepararse como un aperitivo ordinario, y exige un ritual, que conlleva, paciencia y cierto saber hacer, que además, fue alabado en muchas ocasiones, por los poetas de antaño. El ritual es con ello, esencial para apreciar mejor la absenta, pues, la manera de prepararla ayuda a liberar los aromas de plantas, que de otra forma, no aparecerían o se desarrollarían.
El ritual clásico francés, comienza con la colocación de un terrón de azúcar, sobre una cuchara llena y perforada (cuchara de absenta), reposando sobre los bordes de una copa (especial para la absenta), que contiene una medida de Absenta. Es entonces cuando el agua helada o muy fría, es derramada sobre el azúcar, el cual comenzara a disolverse poco a poco, y cayendo gota a gota, “nubla” el liquido verde, que “nublado”, tienda hacia un color blanco “opalescente”.
Normalmente, se le debe añadir unas ¾ partes de agua por 1 de Absenta de un 68% de alcohol. Los verdaderos bebedores de absenta de antaño, realizaban con mucho cuidado el verter el agua, gota a gota, para poder admirar el “rastro lechoso” que cada gota, hacia aparecer, como por magia, en la absenta verde, observar los cambios de color del liquido formaba parte de los placeres surgidos, de llevar a cabo el ritual.
Hacia falta y aun es así, proveerse de una “cuchara para la absenta” y de una copa de reserva, así como de una jarra llena de agua helada (o de la fuente mas original). El ritual le da un “aura” casi mítica. Todos los testimonios históricos, parecen concurrir a decirnos que la Absenta era consumida de esta manera por todo el mundo – incluso los mas desprovistos de los obreros, en los bares o cafés mas turbios y miserables, preparaban su absenta con “meticulosidad” y sin prisa.
La bebian raramente “seca” (salvo las personas ya alcoholizadas, que buscaban el efecto inmediato del alcohol); el agua le era añadida siempre de forma “muy lenta”, y no vertida “groseramente” de un solo golpe; y jamas se colocaba hielo en la copa de la Absenta. En la llamadas “Fuentes de Absenta”, se podía reemplazar la reserva de hielo, a fin de mantener la baja temperatura del agua, e incluso algunas jarras estaban equipadas de un deposito separado, para introducir el hielo. Un famoso poema de Raul Ponchon decía que una Absenta con agua tibia no era mejor que "la orina de asno".
Paradojicamente (pero por muy buenas razones), no se colocaba nunca hielo directamente en la copa – la idea era comenzar a beber la absenta helada y dejar que esta se fuera calentado a medida que se la consumía. Incluso, aunque no tuviese base y fundamento histórico, es correcto decir que la absenta adquiera mejor sabor, degustándola de esta forma.
Sosteniendo la jarra con un aire “relajado” (pero con elegancia estudiada para lograr un mejor efecto) bien encima de la copa, es bastante difícil echar o verter con la “gota a gota” sin un poco de cuidado, y la capacidad de verter bien el agua suscitaba o generaba antiguamente gran admiración.
Los cafés mas visitados disponen incluso de verdaderos “Profesores de la Absenta” que, por pequeñas sumas o mínimos regalos, pueden instruirnos o darnos una ayuda en la realización del ritual.
La cuestión del azúcar no es religiosa, sino que es cuestión de gustos y sabores. Así, los famosos establecimientos de los Pernod, iniciadores de la comercialización y producción en masa de la absenta, se enorgullecían de que sus absentas, se podían consumir muy bien sin añadir azúcar.
Los franceses tenían en aquellas épocas, la tendencia e inclinación por los licores anisados muy dulces, habiendo sido educados con los siropes y licores azucarados, y es lo que explica que la mayor parte de los bebedores de Absenta, de la famosa “Belle Epoque”, azucarasen, con uno, dos o incluso hasta tres terrones de azúcar, y algunos añadían además algo de sirope de goma arábiga.
En nuestros días, quizás encontremos estas dosis demasiado “empalagosas”. Sugiero que comiences con la mitad de un terrón normal de azúcar, pudiendo después aumentar o reducir las cantidades según el gusto personal. Una medida correcta e histórica de absenta a servir, es de unos 3 cl. Debemos combinar tres partes de agua por una de Absenta y después probamos.
Para la copa refrescante de todos los días (no tanto para degustar una copa de una botella rara y cara), se puede si se prefiere así, añadir un poco mas de agua en la proporción, llevando la relación agua/absenta a 4:1 o incluso a 5:1.
En general, aprender a preparar tu absenta de una manera tradicional vale bastante la pena; la concentración y la calma te colocara en el buen estado de espíritu y mente, para poder apreciar plenamente todas las “sutilezas” de la bebida, y el mejor sabor y gusto final de la absenta bien preparada no hará mas que ayudar a ello. El conjunto de los historiadores de la absenta, no se han puesto de acuerdo sobre la fecha o momento exacto del nacimiento y aparición de este clásico ritual. Pero nadie cree que hubiese existido un periodo durante el cual se bebiese seca, sin agua.
Ritual francés absenta |
1.- Vertemos o echamos una dosis o medida de absenta (de 3 a 4 cl.), si es posible en una copa para la absenta.
2.- Colocamos o depositamos, según el gusto de cada uno, un terrón (o la mitad) de azúcar, sobre la cuchara.
3.- Vertemos con cuidado, si es posible, gota a gota, el agua helada, sobre el terrón de azúcar, con la jarra o si es posible, con la fuente.
4.- Debemos añadir, según los gustos, entre 3 y 5 medidas o volúmenes de agua, por cada una de las dosis o medidas de la Absenta.
5.- Removemos con cuidado, el posible deposito de azúcar, en el fondo de la copa, con la cuchara.
6.- Degustamos lentamente, con pequeños tragos
Ritual bohemio absenta |
El Ritual Bohemio
Una “Parodia” Moderna. Hoy en día, ciertas absentas (y sobre todo muchas de las llamadas “falsas absentas”) son a menudo “promovidas” usando el ritual a veces denominado "Bohemio”. Pero esto no es un ritual, ni un método histórico y tradicional de servir y degustar la absenta, sino que es una “invención” muy actual (se cree que surgió en Praga, territorio de la Bohemia de los Checos, a fines del siglo XX), inspirándose, parece ser, en el “flameado” de la Sambuca italiana y otros destilados y aguardientes.
Una medida de absenta es echada en la copa, y un terrón de azúcar es “empapado” en la absenta. El azúcar es entonces “inflamado o encendido” y se lo deja “arder o quemar” hasta que se haga espuma y se “carameliza”. La cuchara con el azúcar “caramelizado” es en ese momento, sumergido en la Absenta, que a menudo despide el fuego de absenta. El agua helada es lanzada entonces para apagarlo del todo. Este “método” o “invención extraña” se llego a hacer popular en muchos lugares, especialmente por su aparición en algunas películas, como "Moulin Rouge". Sin embargo, es casi una “herejía” que habría horripilado a un amante de la Absenta de la Belle Epoque, de ese increíble París, de finales del siglo 19.
Y para finalizar, algunas observaciones:
Ocasionalmente, la Absenta era consumida diluida con un alcohol menos fuerte: sobre todo el vino blanco (que vendrá a dar la "Absenta de Medianoche") o el coñac (para la preferida bebida del famoso pintor de la época, Toulouse Lautrec, el llamado "Temblor de tierra"). Pero todas estas manera de consumo, algo osadas y atrevidas, suscitaban comentarios algo críticos.
Consumir la Absenta seca (sin agua) no fue nunca el modo normal, y era a menudo socialmente mal visto. Cuando algunas fuentes históricas de la época, mencionan esta manera, es siempre en un contexto de alcoholismo y corrompido -de la misma manera se describía cuando era consumida usando un Triple seco o cualquier alcohol fuerte.
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